RIO GRANDE.- Aún se escuchan las palabras de Alfredo Guillén, gerente ejecutivo de la Agencia Municipal de Deportes, quien en la apertura del Torneo Argentino de Selecciones prometió que la gestión Martín construirá en Río Grande un gimnasio deportivo que albergará a 8.000 personas.
Este anuncio para el año venidero fue tomado de la mejor manera por el público presente, y que a la luz de los resultados finales en la ciudad, está de más decir que el Polideportivo Carlos Margalot de Chacra II quedó chico para albergar una final Argentina entre Río Grande y Ushuaia, y que seguramente quedará chica para cada vez que haya promesa de gran espectáculo dentro de la gran familia del Futsal local, más aún cuando los amantes salonistas de Ushuaia también quieren participar.
La gente copó el Gigante de Chacra II a lo largo de toda la semana, ante Mendoza y Rosario fue un lleno casi total, y ni que hablar el día de la final; el sábado agotaron las entradas en menos de una hora, las mismas se pusieron a la venta a las 15:00 y una hora antes ya había 150 metros de fila aguardando por la bendita entrada, nadie quería quedarse afuera, incluso fue sorprendente que la gente de Ushuaia haya podido conseguir tantas localidades, cuando en el ’97 cuando se jugó la semifinal de aquel recordado Argentino, a la gente de Río Grande no le permitieron el ingreso para darle prioridad a su parcialidad, ¿y toda la gente que quedó afuera de la final pese a que habían alentado a lo largo de toda la semana? por lo menos parece injusto.
Pero bien, a lo que se apunta es a tener un gimnasio de primer nivel, quizás 8.000 personas sea mucho pedir, sin ir más lejos el Polideportivo Islas Malvinas de Mar del Pata cuenta con una capacidad para 7.500 espectadores sentados, y pocas veces lo ha llenado, incluso en estos momentos Peñarol de esa ciudad está jugando la final de la Liga de Básquetbol ante Boca Juniors y el fin de semana metió sólo 6.800, y es en Mar del Plata y en una final nacional de Básquetbol nada más ni nada menos.
Además de la necesidad de contar con un gimnasio acorde, hay que deternerse en el público local, el cual acompañó como pocas veces a un representativo local, llenó todas las noches y no dejó de alentar nunca, algo poco común para el exigente paladar fueguino.
El comportamiento de la gran mayoría de los espectadores fue espectacular, ni siquiera cuando unos pocos arrojaron envases plásticos a la cancha empañando la fiesta, y bien vale el reconocimiento de la hinchada de Real Madrid que fue la de mayor aguante, la que alentó de principio a fin en cada una de las jornadas, ellos por momentos se robaron el espectáculo, al igual que toda la cancha en el día de la gran final.
La cola en la venta de entradas para la final.Hubo una sola ventanilla.
Fuente: El Sureño
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